Sandra Planas: «Entre Luces me ha llenado de vida»

Sandra es una joven de 21 años que finalizó el Grado Superior de Construcciones Metálicas en junio de 2022 en el Centro San Valero, colaboró ese año con Entre Luces y actualmente está trabajando en Leblan, una empresa de la industria del metal.

Hablamos con ella para conocer su experiencia más a fondo y saber cómo este proyecto ha influido en su vida. 

¿Cuál ha sido tu papel en Entre Luces?

Comencé a colaborar mientras cursaba el Grado Medio de Soldadura y Calderería,  ayudaba a los de un curso superior a esculpir las peanas cuando Entre Luces no estaba formado y era ‘solo’ un proyecto práctico de clase. 

Después empecé el Grado Superior y con la oferta de Zaragoza Museos tan interesante, me metí de lleno. He participado en todo el proceso y podido ver su evolución. 

El convenio entre el Museo Pablo Gargallo y tu centro de estudios, ¿motivó tu aprendizaje?

Sí, fue un plus para lanzarme a estudiar el Grado Superior de Construcciones Metálicas. Si el proyecto de clase no se hubiese desarrollado seriamente como lo ha hecho, tal vez no hubiese estudiado el Grado Superior. El Museo fue aumentando la dimensión de colaboración: la Fundación ONCE, Serendipia Gestión Cultural, Onda Educa… entre otros. Que el proyecto creciese me motivó a formarme más y con más ilusión.

¿Tu paso por Entre Luces te ha permitido conocer otras realidades como la de la discapacidad?

Sí, ahora soy más reflexiva con este tema y me siento más cercana a la realidad. Entre Luces aporta inclusión al arte. Esta es la parte del proyecto que más me gusta. Siento que, el esfuerzo que he dedicado, lo bueno y lo malo, se recompensa con mucha gratificación. Me llena más que sacar un diez o incluso ganar dinero. Entre Luces me ha llenado de vida.


¿Y cómo es recrear una escultura de Pablo Gargallo?

Tuve la suerte de trabajar en la escultura más bonita, Gran Bailarina. Recrearla me provocó sensaciones raras, vértigo y disfrute al mismo tiempo. Es algo entre amor y presión. Durante el proceso mantuve una actitud de superación, lo que me hacía pensar que todo saldría bien. No puedo ser mejor que Pablo Gargallo, ¡pero lo puedo intentar! 

¿De qué manera te ha acercado Entre Luces al arte?

No conocía el Museo Pablo Gargallo antes de este trabajo. Entre Luces ha abierto mi mente, me ha enseñado a ser más creativa, a ver las cosas de otra forma y desde diferentes puntos… También ahora miro al arte con más profundidad, valor y pensamiento. 

¿Qué te llevas del arte de Pablo Gargallo? 

He aprendido que necesitamos ver la escultura en su conjunto para darnos cuenta de que nada es igual, que todo cambia según por dónde la mires. Su nivel de artesanía te enseña a valorar la dificultad del trabajo. Nosotros hemos usado herramientas mecánicas que en su momento él no tenía. Es una suerte tener su museo en nuestra ciudad.

Y de Entre Luces, ¿con qué te quedas?

Con la felicidad que me ha dado. Yo tenía un carácter retraído, era un poco insegura con las cosas que me gustaban y Entre Luces me ha impulsado a dar lo mejor de mí.

También me quedo con mi evolución interior. El compromiso me aportó mucha responsabilidad. Estresante, pero me hizo madurar. Fue un baño de realidad que luego en la empresa agradezco. 

¿Un mensaje a las personas que no conocen Entre Luces?

Que lo vayan a ver, que lo toquen, que lo escuchen. Y sobre todo que lo sientan, cada pieza tiene un pedazo de nuestra alma.